La tala y la reconversión de tierras han afectado a dos terceras partes de selva tropical sobre la Tierra, de los 14.5 millones de hectáreas que alguna vez cubrieron la superficie, hoy sólo queda un 36 por ciento intacta.
Se calcula que al menos una tercera parte de la selva que alguna vez existió se ha extinguido completamente, mientras que otro tanto ha sido dañada y fragmentada en pequeñas selvas. Sólo un tercio permanece vasto e impenetrable, pero con un riesgo latente, alerta una investigación reciente.
En el estudio The State of the Tropical Rainforest Report, realizado por la Rainforest Foundation Norway (RFN), Anders Krogh, autor del mismo, comenta que es “alarmante” que casi la mitad de la reserva que queda esté siendo degradada por el ser humano.
Los investigadores alertan que la devastación de la selva está llegando a un punto en que sus funciones naturales de almacenar carbono, enfriar el planeta, producir lluvia y proporcionar hábitats, condiciones necesarias para supervivencia del mundo, están colapsando.
El consejero de la Fundación analizó y compiló la información histórica de 73 países que son hogar de las selvas en el planeta. El Amazonas es el principal pulmón y concentra el 72% de la selva tropical, el 42% está en Brasil.
Según el reporte, en 2001 la región amazónica de Brasil concentraba 3, 401,394 kilómetros cuadrados (m2) de selva tropical, pero en 2019 ese número se redujo a 3, 149, 784 km2.
El años reciente el Amazonas de Brasil ha registrado severos incendios, muchos de los cuáles se considera que son provocados con el fin de contar con terrenos para su venta posterior. Pero también para ser ocupados en la siembra de soya, que es altamente demandada por el mercado chino.
Las islas del sudeste asiático ocupan el segundo lugar en términos de destrucción forestal desde 2002, gran parte de los bosques ahí son talados para generar plantaciones de aceite de palma.
En México, en 2001, se contabilizaban 92,100 kilómetros cuadrados de selva tropical. En 2019, suman 86,000 km2, según los datos del reporte. La mayor parte de estas extensiones se ubican en Yucatán, donde ahora se construye el Tren Maya.
Industrialización clave en la deforestación
El reporte de RFN señala que el consumo de la bosques tropicales coincide con la industrialización, sin olvidar que la agricultura también es clave en la deforestación, lo mismo que lo fue la extracción mineral en la época de la colonización europea.
La investigación refiere otro factor determinante: el uso de la madera en la industria de la construcción, lo mismo que la infraestructura ferroviaria.
Tampoco pasa por alto la creciente necesidad de energía, que ha significado la perforación constante en busca de petróleo o la construcción de grandes hidroeléctricas, para rematar con el actual ritmo de comercio y producción de bienes que impacta a estos bosques.
Para Anders Krogh, la deforestación se ha convertido en un gran negocio para unos pocos, al mando de empresas multinacionales y gobiernos que permiten que esto ocurra, al poner como prioridad las ganancias y el poder, sobre el cuidado de clima y la biodiversidad.