Gestionar el riesgo sísmico con enfoque sanitario

La pandemia obliga a gestionar el riesgo de desastres con un enfoque sanitario; ¿qué debemos hacer en caso de sismo?

first aid and surival kits
Debido a la pandemia de covid-19 se recomienda incluir en la mochila de emergencia cubrebocas y gel antibacterial para cumplir con las medidas de prevención. Photo by Roger Brown on Pexels.com

En un contexto de pandemia por covid-19, surge la necesidad de gestionar el riesgo de desastres con enfoque sanitario. Por ello, la Secretaría de Gestión Integral del Riesgo de Desastres y Protección Civil de la Ciudad de México expidió el Protocolo de actuación en caso de sismo ante la emergencia sanitaria.

Este protocolo pretende incluir el enfoque sanitario en las medidas de atención de la emergencia sísmica, al tiempo que brinda algunas directrices generales para prepararnos ante la probabilidad latente de encontrarnos en un escenario de multirriesgo en el que se conjugaría un sismo con el riesgo de contagio de covid-19.

Ese protocolo tiene como objetivo adaptar el Plan de Emergencia Sísmica de la Ciudad de México a las medidas sanitarias que demanda la pandemia, realizar recomendaciones sobre seguridad dirigidas a los actores técnicos y de apoyo a la emergencia sísmica, y generar instrumentos de coordinación que permitan establecer acciones conjuntas de atención en un escenario de sismo combinado con el covid-19.

En ese documento se pueden identificar algunos criterios claves que orientan todas las recomendaciones de actuación, como la necesidad de regular la participación voluntaria y espontánea para la atención a afectados en escenarios de sismo, la propensión de los hospitales covid-19 a sufrir daños por aquel evento, el empleo de personal técnico y asistencial menor de 60 años y sin comorbilidades que aumenten el riesgo de agravarse tras un eventual contagio, y, una forma de operar los refugios temporales que permita la separación de población en tres grupos: sospechosos de covid-19, población vulnerable a tal enfermedad y quienes no pertenezcan a alguno de esos dos grupos.

Aunque no todas las medidas contempladas en el protocolo son de carácter reactivas, lo cierto es que para que aquellas de carácter preventivo cumplan su cometido (preparar a la población para disminuir la probabilidad de contagio en caso de presentarse un sismo), es necesario un proceso de difusión y de reeducación de la sociedad civil, respecto a las medidas que deben tomar en el contexto sísmico dada la actual emergencia sanitaria.

Sin embargo, lo cierto es que tanto los medios de comunicación como el gobierno de la ciudad concentran sus esfuerzos actuales en atender e informar acerca de la emergencia sanitaria y poca o ninguna difusión se ha hecho con la finalidad de preparar, a una población altamente expuesta a la amenaza de sismo, para que tomen las medidas adecuadas de cara a un escenario de multirriesgo que conjugue a aquel con la pandemia.

¿Qué debemos hacer en un escenario de multirriesgo como el descrito? Algunas de las medidas preventivas que se señala el protocolo de actuación en caso de sismo, ante la emergencia sanitaria causada por COVID-19, son: agregarle a la mochila de emergencia productos sanitizantes, así como tener a la mano cubrebocas, caretas y gel antibacterial al momento de evacuar.

Adicionalmente, la evacuación y tiempo de espera fuera de los inmuebles debe contemplar la sana distancia (sobre todo por parte de quienes se encontraban aislados con ocasión al covid-19), en ese momento es de suma importancia no abrazarse y no hablar innecesariamente para disminuir el riesgo de contagio.

También resulta relevante, en el caso de los desaparecidos o fallecidos, manifestarle al personal de rescate si estos eran sospechosos de covid-19 o tenían tal enfermedad para brindar un trato diferencial que corte la cadena de contagios.

Por otra parte, es importante estar atentos a lo que se diga, por parte de las autoridades, en los altavoces de la alarma sísmica, pues de acuerdo con el protocolo, éstos deberán usarse para transmitir mensajes dirigidos a la prevención de contagios durante la atención de la emergencia sísmica.

Quienes deseen apoyar como voluntarios en la atención de esa emergencia, deberán -en todo caso- consultar las directrices que al respecto dispongan las autoridades al encontrarnos en un contexto donde quedarse en casa, puede salvar vidas.

La sociedad civil es un sujeto activo en la construcción del riesgo, por tanto, es necesaria su participación en cada una de las etapas de la gestión integral de este. Para eso es de crucial importancia el acceso a la información pertinente por parte de aquella. Prepararnos para un escenario multirriesgo, que combine al covid-19 con la emergencia sísmica, es una responsabilidad compartida entre el gobierno y todos lo sectores de la sociedad civil.  

Inundaciones en la CDMX, de la protección civil a la gestión integral del riesgo

La elevada propensión de la capital del país a inundaciones requiere un enfoque de gestión integral del riesgo, atendiendo las características demográficas.

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La zona céntrica de la capital del país coincide con la zona que en otra época estuvo ocupada por lagos. Photo by Genaro Servín on Pexels.com

La construcción de la Ciudad de México sobre lagos desecados sumada a factores como la distribución de las precipitaciones, la prolífera urbanización y las características topomórficas de la ciudad se traducen en una alta propensión a la amenaza de inundación, condición que debe ser abordada desde un enfoque de gestión integral del riesgo de desastres.

Según el Anuario Estadístico y Geográfico de la Ciudad de México del Inegi (2017), 45% del suelo es llanura y 48% sierra, esto configura una depresión hacia el centro de la ciudad cuya parte más baja coincide con la zona que en otra época estuvo ocupada por lagos. Lo anterior ha generado un proceso de hundimiento que supone un reto más a la hora de gestionar el riesgo de inundación en la ciudad, puesto que las aguas residuales de esta son evacuadas mediante bombeo, a través de túneles.

En ese sentido para Arsenio González, del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), la condición de “ciudad seca” en la Ciudad de México está siempre a prueba, puesto que si alguno de los túneles que evacuan el agua residual o pluvial deja de funcionar, se reconstituiría de manera natural el lago (Entrevista tomada de Morán, J. (2017). Escenarios de riesgos y desastres por sismos e inundaciones en la zona metropolitana de la Ciudad de México. San Luis Potosí: El Colegio de San Luis.).

Intensidad de la amenaza de inundación

Fuente: Elaboración propia con base en el Atlas de riesgo de la CDMX.

Ante este panorama, la gestión integral del riesgo de desastres por inundación aparece como una necesidad más allá de ser un asunto de obligatoriedad legal. Y es justamente eso lo que demandan las características fisiográficas y sociales de la Ciudad de México: gestión integral del riesgo, que no es sinónimo de planes de protección civil. Estos últimos son solo una pequeña parte del universo que implica aquella, cuyo proceso involucra, entre otras cosas, actividades tendientes a la identificación y mitigación de vulnerabilidades tanto físicas como sociales. La importancia que reviste el estudio de la vulnerabilidad radica en que ésta, en interacción con la amenaza, dan paso al riesgo que a su vez puede traducirse en un desastre si no se gestiona adecuadamente.

La gestión integral del riesgo de inundación en la Ciudad de México debe atender a las complejidades sociales de la misma, máxime si se considera que 56% de las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) urbanas se ubican en zonas expuestas a altas intensidades de la amenaza de inundación (estimación propia con datos del Atlas de Riesgo de Inundación y del Censo de Población y Vivienda 2010), o que esta posee una densidad poblacional de 6,163.3 habitantes/km2 (INEGI, 2020). Esto supone un complejo sistema de población e infraestructura físicamente vulnerable ante inundaciones y resulta indiciario de las múltiples afectaciones que se padecerían con la materialización de un desastre de grandes proporciones por dicha amenaza.

“Las características demográficas de la población capitalina evidencian la necesidad de formular políticas en materia de gestión integral del riesgo de inundación con, al menos, enfoques de género, etario y de discapacidad, que permitan la mitigación del riesgo a partir de la deconstrucción de la vulnerabilidad”.

Así, cuestiones como el bajo índice de masculinidad de la ciudad (91.7 hombres por cada 100 mujeres), el alto índice de envejecimiento (90.2 personas de 60 años o más por cada 100 niños y adolescentes – entre 0 y 14 años de edad-) y la significativa proporción de personas en condición de discapacidad (8.23% de total nacional), evidencian la necesidad de formular políticas en materia de gestión integral del riesgo de inundación con, al menos, enfoques de género, etario y de discapacidad, que permitan la mitigación del riesgo a partir de la deconstrucción de la vulnerabilidad. 

De continuar el tratamiento del riesgo de inundación desde la perspectiva histórica de la protección civil y más aún, desde la idea de que estos desastres son de carácter natural, solo continuaremos aportando al proceso de construcción social del riesgo de inundación.

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autora y no necesariamente reflejan los puntos de vistas de HabitarMX.