Un singular club nocturno, cuyo diseño emula formas orgánicas y hace sentir que se está dentro de una caverna, un capullo o quizá un vientre, fue reconocido como lo más destacado del 2020 por uno de los programas principales de premios de la industria del diseño: Best of the Year, de la revista Interior Design
Odessa es un club ubicado en avenida Presidente Masaryk, en la Ciudad de México. Fue diseñado por Sordo Madaleno Arquitectos bajo la dirección de Fernanda Patiño.
La firma de arquitectura explica que esta obra es resultado de exploraciones formales a base de herramientas tecnológicas y nuevos sistemas constructivos, así como de la fusión de todos los componentes arquitectónicos, como parte de la misma envolvente”.
La arquitectura de “carácter sólido e integral, pero íntimo y orgánico a la vez”, según explica la firma en su página web, se ubicó como lo mejor dentro de la categoría de bares en la última edición del 2020 de Best of the Year, que además reconoce a diseñadores, arquitectos y fabricantes de todo el mundo.
El diseño del bar Odessa logra “difuminar las líneas entre arquitectura e interiorismo”, e incluye en su propuesta “el uso de elementos estructurales y métodos constructivos como parte del espacio diseñado, contenido entre muros”, explicó Interior Design sobre este reconocimiento.
En ese mismo sentido, SMA reconoce que Odessa “materializa una envolvente orgánica y sinuosa para crear una atmósfera elegante, única e íntima para un club nocturno”, y es un proyecto que buscó, en efecto, difuminar el límite entre arquitectura y diseño de interiores, lo que logró explorando “cómo los elementos estructurales y métodos constructivos se pueden volver parte del espacio contenido en muros”.
Una de las claves para el éxito de la envolvente “fue erosionar el interior de un cuerpo sólido en diferentes capas” para así, conseguir un monolito tallado y habitable.
SMA desarrolló modelos 1:1 para crear moldes de fibra de vidrio, lo que le permitió estudiar diferentes relieves finales, y tener al final una estructura de carácter pétreo pero ligero en su conformación.
El mobiliario y la iluminación se integraron a la “pieza esculpida” (la envolvente), como protagonistas del entorno, lo que permitió aprovechar más los 275 metros cuadrados que ocupa el espacio.