Conquistar el espacio es una de las obsesiones del ser humano, por más minúsculo que se mire en la inmensidad de su pretensión, pero más allá del mero deseo, hay de por medio una urgencia que lo mueve hacia ese destino, y es la previsión de que los recursos naturales del planea Tierra comenzarán a declinar en 2030.
Esta semana, se dio un paso en ese sentido. El explorador Perseverance descendió en el cráter Jezero del planeta Marte. Este navío, desarrollado por Estados Unidos en conjunto con otros países europeos, tiene la misión de encontrar rastros de vida pasada para, al mismo tiempo, determinar la posibilidad de vida futura.
Se piensa que hace más de 3,500 millones de años el planeta ahora conocido como rojo, era azul, como lo es la Tierra, y justo donde descendió Perseverance existía un lago, pero algo pasó que el planeta comenzó a helarse.
La investigadora mexicana Julieta Fierro explicó que hace 13,000 años cayó un objeto en el cráter donde ahora explora Perseverance. En la orilla del cráter, dijo, se han encontrado rocas carbonatadas que podrían contener fósiles, como sucede con las conchas de mar en la Tierra.
La tarea que desempeñará el robot Perseverance es descubrir la composición atómica y química del fondo del lago desaparecido, en busca de rastros de microbios marcianos.
La astrónoma explicó que, al menos, otras dos misiones espaciales se dirigen al planeta rojo y que estudiarán lunas marcianas, atmósfera, rocas y suelo.
Se trata de conocer la composición química, la densidad (por ejemplo para que el helicóptero de la misión Perseverance de la NASA pueda sobrevolar allá) y la geología, y “por supuesto, uno de los objetivos es conocer si hay o hubo vida en Marte”, agregó Julieta Fierro.
La idea de que Marte pueda convertirse en el futuro en un planeta habitable es un sueño para el que faltan muchos años, pero por ahora ya mantiene ocupados a muchos, no sólo científicos, sino desarrolladores tecnológicos, médicos, agrónomos y hasta arquitectos.
Hay que recordar el proyecto arquitectónico de Norman Foster para desarrollar vivienda en Marte. Esta propuesta fue hecha por el arquitecto londinense como parte de la convocatoria lanzada por la NASA, cuyo objetivo es poder llegar a establecer asentamientos humanos en el planeta rojo.
El proyecto de Foster contempla la posibilidad de construir esas viviendas con robots y mediante impresión 3D, y su mayor cualidad es que son sostenibles.
Las viviendas ideadas por Foster, con la forma de iglúes, se construirían con roca y tierra del mismo planeta, a fin de proteger a los humanos de radiaciones y temperaturas extremas. Y tendrían un lugar destinado para el cultivo controlado de sus propios alimentos.
El empresario Elon Musk es otro de los que trabaja arduamente por hacer realidad el sueño de conquistar el espacio. Justo con la finalidad de poder viajar a Marte, como un paseo turístico, el año pasado el empresario lanzó su nave Starship en un viaje de prueba, pero el ensayo terminó en una explosión, lo que en voz del propio Musk, sirvió para tener más información en torno a ese objetivo.
Para Julieta Fierro, poder habitar Marte “nos tomará unos 300 años, más o menos. Pero hay que empezar, y la manera de hacerlo es conocer las condiciones, ver el tipo de tierra que tiene para cultivos, lo que ya se está analizando”.
Para ir a Marte hay que esperar que los dos mundos estén del mismo lado del Sol, pues la Tierra tarda un año en dar la vuelta al Sol y Marte un poco más de dos, de modo que si la Tierra está de un lado y Marte del otro, el viaje “sería larguísimo”, explica la investigadora. Esa es la razón por la que “todas las misiones se planean para cuando están cerca los dos mundos”.
La mayor urgencia de la humanidad es poder hallar recursos que permitan garantizar su supervivencia, puesto que los de la Tierra ya cuentan con fecha de caducidad. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, los recursos del planeta junto con los niveles de vida comenzarán a declinar en 2030.
En ese sentido, el gran descubrimiento de 2020 fue que en la luna hay más agua de la que se creía, según el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA. Por lo que ya se tienen previstos otros viajes de exploración para ubicar los puntos donde esa agua se almacena.
A mediados de este año, también se prevé que la Universidad Autónoma de México (UNAM) haga un envío de nueve robots como parte de la Misión Colmena. Los robots realizarán mediciones de polvo regolito (materiales no consolidados como fragmentos de roca o minerales). El lanzamiento estará a cargo de Astrobotic, una empresa estadounidense.