Los proyectos de infraestructura como el AIFA, que iniciará operaciones el próximo 21 de marzo, por su magnitud tienen una relación estrecha con el mercado inmobiliario circundante. Según cifras del portal Mercado Libre Inmuebles, entre 2019 y 2021 hubo una variación en los precios en la venta de casas en Tecámac del 21%, donde los costos durante el primer trimestre del 2019 figuraban en los 10,360 pesos y en el 2020 subieron a 10,921 pesos por m2, y en 2021 en 12,113 pesos, cerrando el cuarto trimestre del año pasado en 12,552 pesos por m2.
En Zumpango, el metro cuadrado de las casas, en el mismo periodo de tiempo,mostró una variación de 8%, al pasar de 8,215 pesos en 2019, 8,236 pesos en 2020, 9,103 pesos en 2021 y cerró ese año en 8,839.
En cuanto a departamentos, en Tecámac se observa un panorama muy similar, con una variación de precios del 24% entre el 2019 y el 2021. Los precios por metro cuadrado en los primeros trimestres de estos años fueron de los 8,421 pesos a 9,594 pesos, hasta 9,932 pesos; y cerró el 2021 en 10,454 pesos por metro cuadrado.
Del mismo modo, se puede observar una reducción de la oferta tanto en Tecámac como en Zumpango, respecto a la mayor parte de otros municipios analizados y de mayor relevancia en términos inmobiliarios del Estado de México. Esto se asocia a mayor dinamismo: la gente lo demanda más, lo que genera escasez o disminución del producto ofrecido.
La pista militar representa la conclusión de la primera etapa del Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles y la antesala de la puesta en marcha del proyecto emblema de la actual administración.
El presidente Andrés Manuel López Obrador puso rúbrica esta mañana a la pista militar en el aeropuerto civil-militar General Felipe Ángeles, en Santa Lucía, en el Estado de México, al arribar en el primer avión que aterrizó en este lugar.
Tras la inauguración oficial de esta pista, que representa la conclusión de la primera etapa de uno de los proyectos de infraestructura ‘emblema’ de la actual administración, los esfuerzos se volcarán en la conclusión de la parte civil del aeropuerto que deberá estar terminado en marzo del próximo año.
La decisión de la actual administración, de construir una sede alterna al aeropuerto internacional Benito Juárez en lo que fuera la Base Aérea Militar No 1 en Santa Lucía, luego de cancelar la obras que se realizaban en Texcoco con el mismo fin, obligó a reubicar la antigüa base militar en el mismo lugar, lo que implicó la construcción de una nueva pista, con sus respectivos hangares, lo mismo que 1,500 viviendas de uso militar.
La nueva pista militar tiene 3.5 kilómetros de longitud, con un ancho de 45 metros. Se espera que a partir de este miércoles comiencen a despegar y a aterrizar aeronaves, aunque el avance total de las obras reportadas en este frente era del 75% hace una semana.
El lunes se informó que en la Base Militar se trabajaba en la colocación de la cubierta en la cabina de la torre de control, la aplicación de pintura y colocación de pasto en áreas verdes.
En Santa Lucía operan 51 helicópteros y 36 aviones pertenecientes a 9 escuadrones aéreos.
Hacia el 2022
Se prevé que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles comience a dar servicio en 2022, con una capacidad para atender a 20 millones de pasajeros y 370,000 toneladas de carga al año, con sus pistas comerciales y, de ser necesario, la pista militar.
Aunque esa previsión, fue realizada antes de la pandemia, cuando el número de vuelos se mantenía a tope y había que mitigar la presión que padecía el aeropuerto Benito Juárez. Con las restricciones que algunos países han puesto en sus fronteras por el Covid-19, el número de vuelos internacionales se ha reducido.
Para la construcción de las pistas de este aeropuerto se dispuso de material de la obra cancelada en Texcoco. Se calcula que hasta ahora se han empleado 5.5 millones de metros cúbicos de materiales pétreos, entre ellos basalto.
De acuerdo con los avances dados a conocer por la Secretaría de la Defensa Nacional, en las pistas central y norte se realizan las últimas capas de terraplén mejoradas, el cableado eléctrico, además de pintura para la señalización de la pista central que mide 4.5 metros de largo por 45 metros de ancho.
En la terminal se están instalando carruseles de reclamo de equipaje, colocación de cantera, lámparas e instalaciones eléctrica, hidráulica y sanitaria, además de aire acondicionado.
En la barda perimetral se continúa con la colocación de dóvelas de concreto armado y la instalación de rejas con picos de seguridad
En cuanto a la conectividad del aeropuerto también se están realizando trabajos en vías terrestres.El gobierno ha destinado para ello una inversión de más de 78,000 millones de pesos.
Los trabajos de remodelación buscan incrementar su capacidad y mejorar los flujos de llegada y de salida de viajeros de Estados Unidos y Asia.
En los últimos años, las operaciones en Tijuana han crecido por dos temas principales: la apertura de vuelos desde China y la conectividad de vuelos de turistas que llegan desde diferentes regiones de Estados Unidos a San Diego, para luego hacer conexión en el Aeropuerto de Tijuana hacia diferentes destinos turísticos de México, a través del Cross Border Xpress(CBX). Por esa razón, el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) decidió su ampliación y remodelación.
Las obras de este proyecto arrancaron en 2019 con la construcción del Nuevo Edificio Procesador, de 48,000 m2, así como con la renovación de la infraestructura actual, que incluye los servicios del Cross Border Xpress (CBX) y la construcción del rodaje A, en su conexión entre los rodajes G y F.
La finalidad de las obras es mejorar los procesos de conectividad y poner al Aeropuerto de Tijuana a la vanguardia. Los trabajos se dividen en Lado Aire y Lado Tierra, en lo que toca a estas últimas se realiza la remodelación y ampliación de la terminal y sus conexiones, salas y el CBX.
En el Lado Aire se ha trabajado en las ampliaciones rodajes y plataformas, reconstrucción de pista en dos cabeceras, entre otras actividades.
En cuestión de Gerencia de Proyectos, la firma inmobiliaria JLL trabaja de la mano del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) en algunas obras. Arturo Bañuelos, director ejecutivo de la División de Administración de Proyectos y Desarrollos de esa empresa, señaló que este proyecto “ha presentado retos por la situación global actual, pero se han podido solucionar de la mano del Aeropuerto, con adaptaciones y avances en las diferentes obras que comprende”.
Detalló que debido a las restricciones a las que ha obligado la pandemia se han generado protocolos, manuales y líneas de acción específicas que “permiten dar certeza y seguridad a las operaciones, priorizando la salud de sus colaboradores, empleados del Aeropuerto y contratistas”.
En la industria de la aviación, el proceso de transformación de la infraestructura aeroportuaria requiere de una especialización que integra habilidades de gestión, planeación y manejo de multiproyectos, estrategias de constructibilidad y ejecución “justo a tiempo”, dijo Alejandro Vallarino Marusich, director de Infraestructura en GAP.
Agregó que todo lo anterior se debe realizar en un marco de estrictos protocolos de seguridad operacional, sin olvidar que el desempeño en campo requiere de un control de alta calidad en ejecución.
GAP es el primer grupo aeroportuario del mundo en certificar todos sus aeropuertos, incluso el de Tijuana, con el programa de Acreditación de Medidas Sanitarias del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI). Además el Aeropuerto Internacional de Tijuana tiene el sello SafeTravels otorgado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés).