Una cartera de 36 proyectos con un inversión inicial de 70,000 millones de pesos conforma la Agenda Estratégica para el Desarrollo del Sur – Sureste de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Tipo de infraestructura | Número de proyectos |
Comunicaciones y transportes | 25 |
Urbanización | 7 |
Turismo | 1 |
Agua y medio ambiente | 1 |
Energía | 1 |
Telecomunicaciones | 1 |
Los proyectos fueron elegidos por su sinergia con los proyectos ancla del gobierno federal en la región, el Tren Maya y el Corredor Interocéanico del Istmo de Tehuantepec, y contarán con 50% de inversión privada.
Algunos de los proyectos son la prolongación del libramiento norte en Tuxtla Gutiérrez, la autopista La Tinaja – José Cardel – Cosoleacaque en Veracruz, una terminal semiespecializada para carga general y una terminal especializada en el manejo de granel agrícola, ambas en el Nuevo Puerto de Veracruz, y el ramal ferroviario Seybaplaya – Tren Maya, en Campeche.
Uno de los 14 objetivos de la agenda estratégica tiene como finalidad que en 2050 la región cuente con una red de infraestructura carretera, de puertos, aeropuertos, ferrocarriles, energética y digital para una economía competitiva y moderna con acceso a los mercados nacionales e internacionales, explicó Eduardo Sojo, director del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del CIDE.
Esta región del país, que comprende los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Puebla y Tlaxcala, ha presentado históricamente, un rezago mayor al del norte y centro del país: 17% de su población está en pobreza extrema en contraste con el 7.6% nacional, y su PIB per cápita no petrolero ha venido disminuyendo sistemáticamente desde hace 15 años.
Por ejemplo, en 2019, la brecha en el PIB per cápita no petrolero entre el sur-sureste y la región fronteriza se situó en 120.6%, un aumento de 19% respecto de 2003.
Algunos de los factores de esta disparidad son, de acuerdo con el Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del CIDE, un insuficiente intercambio económico con el resto del país y mercados extranjeros, baja complejidad económica de las actividades productivas y un escaso dinamismo de las ciudades pequeñas e intermedias, entre otros.