Precios de la vivienda suben pese a la pandemia

En 2020, los precios de la vivienda en Guadalajara y Monterrey aumentó 10 y 6%, respectivamente, de acuerdo con Propiedades.com

Monterrey
El mercado inmobiliario de Monterrey se ha mantenido dinámico pese al impacto económico de la pandemia por covid-19.

Los precios de inmuebles habitacionales en Guadalajara y Monterrey subieron 10 y 6%, respectivamente, durante 2020, y mantendrán su tendencia alcista, de acuerdo con el portal inmobiliario Propiedades.com.

En febrero de 2020, el costo medio de venta de una propiedad unifamiliar en la capital de Jalisco era de 2.86 millones de pesos (mdp) y para febrero de 2021 ascendió a 3.15 mdp, según datos de la sección Valores del Propiedades.com. El menor valor se registró en mayo de 2020, al ubicarse en 2.84 mdp.

En Monterrey también hubo un incremento. En febrero de 2020 las casas en venta reportaron un precio medio de 5.8 mdp; mientras que para febrero de 2021 fue de 6.15 mdp.

Por el contrario, el precio medio de los departamentos en venta en Guadalajara incrementó ligeramente. En febrero del año pasado fue de 3.81 mdp y este año de 3.89 mdp. En Monterrey, estos inmuebles no variaron. En los 12 meses, el precio medio fue de 3,640,000 pesos.

Leonardo González, analista Real Estate de Propiedades.com, anticipa que, durante 2021, los precios de las viviendas en ambas urbes continuarán con la tendencia al alza.

Este incremento está impulsado por el dinamismo económico de ambas ciudades. Datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG) muestran que en enero de 2021 se generaron en Jalisco 6,755 empleos formales. Del total de trabajadores registrados en el IMSS —1,787,122—, Guadalajara concentra el 38.64%.

En tanto, Data Nuevo León indica que Nuevo León es el estado con menor informalidad laboral y genera 7.3% del Producto Interno Bruto Nacional (PIB).

¿Y la vivienda en renta?

Por otro lado, las casas en renta en Guadalajara mostraron estabilidad. Tanto en febrero de 2020 como de 2021 el alquiler medio fue de 19,700 pesos mensuales. Mientras que el precio de renta para los departamentos disminuyó; en un año, el costo medio pasó de 19,700 pesos a 17,700 pesos.

Sin embargo, las casas en renta en Monterrey pasaron de 16,200 pesos en febrero de 2020 a 17,700 pesos en febrero de 2021. Y los precios de alquiler de departamentos, al igual que en Guadalajara, también registraron una disminución de 17,800 a 17,700 pesos.

Más metro

A casi siete años de su anuncio, fue puesta en operación la extensión de la Línea 2 del Metro de Monterrey.

Finalmente, después de 11 años se puso en operación la extensión de la Línea 2 del Metro de Monterrey. Felicidades a los usuarios que se verán beneficiados con la ampliación de este servicio y felicidades a todos los que se esforzaron para que este proyecto fuera realidad.

En 2010 se actualizó el Plan Maestro del Metro y se hicieron los estudios para la estructuración técnica, legal y financiera de la nueva línea; en junio de 2012 se aprobaron los primeros $1,100 mdp (Fonadin, a fondo perdido) y a mitad de 2014 empezaron los trabajos de construcción.

Casi siete años después, con una inversión del orden de los $10,000 millones de pesos, inició operaciones. Empieza con una oferta reducida, todavía no llega la totalidad de los carros, sin rutas alimentadoras y con la expectativa de sólo 116,000 ascensos.

Insisto, que bueno que ya está trabajando, seguramente los problemas iniciales se irán resolviendo y esperamos que en los próximos meses se liciten y entren en servicio las rutas alimentadoras, sólo así podríamos acercarnos a los beneficios sociales que debería generar este proyecto.

Pero más allá de los beneficios esperados, pocos o muchos, en medio de la más profunda crisis del sistema de transporte público de Monterrey, vale la pena preguntarse ¿es este el modelo que debemos seguir?, ¿tiene sentido invertir tantos recursos para tan pocos viajes?, ¿este tipo de obras nos va a sacar del problema? Ya me explico.

Hace poco más de seis años, cuando se inició la construcción de la Línea 3, el transporte público movía 3 millones de viajes (34% del total) con 34 kilómetros de metro y unos 5,500 autobuses. Mientras se construía la Línea 3, Metrorrey dejo de crecer en términos de demanda servida y la flota de autobuses se hizo chiquita, hoy sólo hay del orden de 2,800-3,000 unidades en servicio; el porcentaje de viajes que se mueven en transporte público es del 18% y con el metro apenas llega al 20%, la demanda servida andará en el orden de los 2 millones de viajes por día.

En síntesis, mientras se construía la Línea 3, el sistema de transporte público perdió cerca de 1 millón de viajes y, si las estimaciones son certeras, cuando estén en servicio todos los nuevos carros podríamos esperar sumar –recuperar, atraer, subir– 116,000 viajes adicionales. Pero para volver a niveles de 2015 faltarían por ahí de 800,000 o 900,000 viajes adicionales.

¿Hay otros proyectos o servicios más eficientes, social y financieramente hablando? Sí, por supuesto, mencionaré sólo dos ejemplos: corredores BRT y un sistema de bicicletas públicas. Con ese mismo dinero se podrían hacer cuatro o cinco “ecovías” (aún con todos sus problemas) y un sistema de bicicletas públicas, la demanda servida sería seis o siete veces más grande que la que se espera en la Línea 3.

Pero bueno, a lo hecho pecho, hay que licitar las alimentadoras, resolver los problemas iniciales y replantear la política tarifaria del Sistema Metro.

Por otro lado –reto para los candidatos a todos los cargos– hay que repensar la manera de hacer ciudad y movilidad. El problema en que nos metimos es tan grande que no se va a resolver con concreto, ni con carros y tampoco por la tradicional y obsoleta idea de que un aumento de tarifa es igual a más autobuses y mejores servicios.

Lea esta columna completa en El Horizonte.

Invisibles o ciegos

El censo 2020 nos ofrece la posibilidad de afinar la puntería en políticas públicas o, de plano, confrontar preconcepciones.

Por Moisés López Cantú

Qué bonito es lo bonito, dice una expresión popular. Qué bonitos son los números digo yo, tan bonitos que hasta hay número áureo y números imaginarios. Desafortunadamente, a pesar de su belleza y poder, a veces no sirven para nada.

A veces los números son invisibles o quienes los ven son, somos, ciegos.

El censo de 2020 nos ofrece algunos ejemplos: el número de viviendas deshabitadas, el número de personas con algún tipo de discapacidad y el número de viviendas en donde hay, cuando menos, una bicicleta que se usa como medio de transporte.

Según el censo, ya somos 5.78 millones de habitantes en Nuevo León, hay más de 2 millones de viviendas y 382,005 están deshabitadas, 18.7% del total. De qué nos sirve conocer el dato; hasta hoy de nada, no tenemos una política pública orientada al aprovechamiento de ese activo. Si se asume un valor bajo, digamos de $500,000 pesos, el valor total del activo sería casi dos veces el presupuesto de todo el estado o, si se quiere, lo suficiente para vacunar tres veces, contra el Covid, todo México.

En Nuevo León, 806,079 personas tienen algún tipo de discapacidad con limitación en la actividad cotidiana (14%) y un 5.6% tiene limitaciones para caminar, subir, bajar o ver, aun utilizando lentes. La pregunta obligada ¿Podríamos aspirar a que, cuando menos, el 6% de los presupuestos públicos se destina para remediar o mitigar los efectos de estas discapacidades o limitaciones en el espacio público y servicios para la movilidad?

Dicen que en Nuevo León no hay ciclistas, que porque hace mucho calor, y que por eso no se debe invertir en ciclovías. El Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS) del Área Metropolitana de Monterrey (AMM) dice que –a pesar del calor– el 19% de los viajes se hacen caminando y que el 0.8% en bicicleta, eso es más o menos 90,400 viajes diarios. 

Pero el censo 2020 dice que en Nuevo León el 42% de las viviendas ocupadas no disponen de ningún vehículo motorizado (viviendas en cochelandia, pero sin coche) y que hay 190,686 viviendas que tienen, cuando menos, una bicicleta que se usa como medio de transporte. Si nos atenemos al promedio de viajes por habitante (2.2 según el PIMUS) en Nuevo León se harían, cuando menos, 419,509 viajes en bicicleta todos los días. 

¿Son los ciclistas invisibles o el resto de nosotros ciegos? ¿Qué tantos son 419,509 viajes diarios en bicicleta? Bueno, son muchos más de los que se mueven en el Metro de Monterrey, y como tres veces el número de personas que pasan por la joya de la corona de la infraestructura para los autos en Monterrey (Gonzalitos) en un día típico.

Por eso digo, qué bonitos son los números y que inútiles pueden llegar a ser.

Lea la columna completa en El Horizonte.

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autor y no necesariamente reflejan los puntos de vistas de HabitarMX.

Las 13 ciudades mexicanas más competitivas

El norte del país concentra 61.5% de las urbes con mayor competitividad.

Monterrey se consolida como la segunda ciudad más competitiva del país. Foto: Cortesía Propiedades.com

El Valle de México, Monterrey, Mérida, Mexicali, Querétaro, San Luis Potosí, Guadalajara, Saltillo, Durango, Mazatlán, Hermosillo, Ciudad del Carmen y Piedras Negras son las más competitivas para vivir en México, de acuerdo con la séptima edición del Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2020, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

El nivel de competitividad de estas urbes se determina con base en su capacidad para generar, atraer y retener talento e inversiones por medio de la evaluación de 70 indicadores. Algunos de estos indicadores son: tecnología, seguridad, turismo, uso de recursos naturales, conectividad, inclusión, salud y educación, economía, democracia, mercado laboral y gestión gubernamental.

Así, de acuerdo con su desempeño, las 73 ciudades analizadas se clasifican en seis niveles de competitividad: alto, adecuado, medio alto, medio bajo, bajo y muy bajo.

Además, Leonardo González, analista Real Estate de Propiedades.com, apunta que estas ciudades tienen tejidos productivos eficientes, mayor desarrollo social y crecimiento económico.

El Valle de México y Monterrey lideran el ranking nacional al ser las únicas metrópolis con una “alta competitividad”. El Valle de México sobresale por la estabilidad de su economía y la innovación de sus sectores productivos; y la Sultana del Norte por su mercado laboral que ofrece salarios competitivos.

Once ciudades más del país tienen un nivel de competitividad adecuado. Foto: IMCO.