El regreso a las oficinas

El regreso a las oficinas en la Ciudad de México provocaría una inversión total de más de 12,000 millones de dólares (mdd).

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El inventario corporativo apenas creció 0.26% entre 2020 y 2021, de acuerdo con la plataforma inmobiliaria Lamudi. Photo by PhotoMIX Company on Pexels.com

A dos años de haber iniciado la pandemia por la Covid -19 y ya con el 65% de la población mexicana vacunada, las empresas han comenzado con el proceso de retorno a oficinas. Bajo un formato híbrido y con las medidas sanitarias sugeridas,  se permite mantener un aforo reducido en las instalaciones de cada compañía y con espacios de sana distancia, entre otros.

“Sabemos, que el retorno a las oficinas es clave para la recuperación económica del país, permitiendo un aumento de la demanda de bienes y servicios que generan ingresos para el sector inmobiliario, bancario y restaurantero”, dice Daniel Narváez, VP de Marketing de Lamudi.

De acuerdo con datos de la plataforma inmobiliaria Lamudi el mercado de oficinas en la CDMX cerró el primer trimestre de 2021 con un inventario total existente de 9.8 millones m2 de Área Neta Rentable (ANR). Apenas 0.26% superior al mismo periodo de 2020, ya que solamente se agregaron 25,889 m2 durante los últimos 12 meses.

“Actualmente, el mercado de oficinas, uno de los más golpeados por la pandemia por la Covid-19, sigue esperando estabilizarse y regresar a niveles anteriores. Sin embargo, la propuesta de las autoridades capitalinas del cambio de uso de suelo y seguir las indicaciones que el semáforo dictamina cada semana,  podría cambiar  por completo la forma en la que se desarrollará el subsector corporativo en los próximos meses. Tendremos que estar al pendiente  de cómo afectarán o enriquecerán al mercado estos cambios”, explica Narváez. 

Como sabemos, la CDMX es considerada la metrópoli de los negocios, en la cual se encuentran las zonas más atractivas para  establecer un corporativo. De acuerdo con nuestro Reporte Inmobiliario 2021, Insurgentes es el corredor más grande del mercado con 2.1 millones m2, seguido por Polanco, Santa Fe y Reforma.

También, el regreso a las oficinas en la Ciudad de México podría provocar una inversión total de más de 12,000 millones de dólares (mdd), de los cuales 3,000 estarían relacionados con desarrollos de oficinas y edificios de usos mixtos, generando más de 14,000 empleos directos e indirectos para distintos sectores.

El regreso a las oficinas bajo el esquema de la nueva normalidad es ahora una realidad. Se calcula que la reactivación de los corporativos en los principales corredores de la Ciudad de México, generarán 531,000 empleos e impulsarán la recaudación de impuestos por nóminas y predial, además de reactivar el comercio y a las pymes en los alrededores.

Gestionar el riesgo sísmico con enfoque sanitario

La pandemia obliga a gestionar el riesgo de desastres con un enfoque sanitario; ¿qué debemos hacer en caso de sismo?

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Debido a la pandemia de covid-19 se recomienda incluir en la mochila de emergencia cubrebocas y gel antibacterial para cumplir con las medidas de prevención. Photo by Roger Brown on Pexels.com

En un contexto de pandemia por covid-19, surge la necesidad de gestionar el riesgo de desastres con enfoque sanitario. Por ello, la Secretaría de Gestión Integral del Riesgo de Desastres y Protección Civil de la Ciudad de México expidió el Protocolo de actuación en caso de sismo ante la emergencia sanitaria.

Este protocolo pretende incluir el enfoque sanitario en las medidas de atención de la emergencia sísmica, al tiempo que brinda algunas directrices generales para prepararnos ante la probabilidad latente de encontrarnos en un escenario de multirriesgo en el que se conjugaría un sismo con el riesgo de contagio de covid-19.

Ese protocolo tiene como objetivo adaptar el Plan de Emergencia Sísmica de la Ciudad de México a las medidas sanitarias que demanda la pandemia, realizar recomendaciones sobre seguridad dirigidas a los actores técnicos y de apoyo a la emergencia sísmica, y generar instrumentos de coordinación que permitan establecer acciones conjuntas de atención en un escenario de sismo combinado con el covid-19.

En ese documento se pueden identificar algunos criterios claves que orientan todas las recomendaciones de actuación, como la necesidad de regular la participación voluntaria y espontánea para la atención a afectados en escenarios de sismo, la propensión de los hospitales covid-19 a sufrir daños por aquel evento, el empleo de personal técnico y asistencial menor de 60 años y sin comorbilidades que aumenten el riesgo de agravarse tras un eventual contagio, y, una forma de operar los refugios temporales que permita la separación de población en tres grupos: sospechosos de covid-19, población vulnerable a tal enfermedad y quienes no pertenezcan a alguno de esos dos grupos.

Aunque no todas las medidas contempladas en el protocolo son de carácter reactivas, lo cierto es que para que aquellas de carácter preventivo cumplan su cometido (preparar a la población para disminuir la probabilidad de contagio en caso de presentarse un sismo), es necesario un proceso de difusión y de reeducación de la sociedad civil, respecto a las medidas que deben tomar en el contexto sísmico dada la actual emergencia sanitaria.

Sin embargo, lo cierto es que tanto los medios de comunicación como el gobierno de la ciudad concentran sus esfuerzos actuales en atender e informar acerca de la emergencia sanitaria y poca o ninguna difusión se ha hecho con la finalidad de preparar, a una población altamente expuesta a la amenaza de sismo, para que tomen las medidas adecuadas de cara a un escenario de multirriesgo que conjugue a aquel con la pandemia.

¿Qué debemos hacer en un escenario de multirriesgo como el descrito? Algunas de las medidas preventivas que se señala el protocolo de actuación en caso de sismo, ante la emergencia sanitaria causada por COVID-19, son: agregarle a la mochila de emergencia productos sanitizantes, así como tener a la mano cubrebocas, caretas y gel antibacterial al momento de evacuar.

Adicionalmente, la evacuación y tiempo de espera fuera de los inmuebles debe contemplar la sana distancia (sobre todo por parte de quienes se encontraban aislados con ocasión al covid-19), en ese momento es de suma importancia no abrazarse y no hablar innecesariamente para disminuir el riesgo de contagio.

También resulta relevante, en el caso de los desaparecidos o fallecidos, manifestarle al personal de rescate si estos eran sospechosos de covid-19 o tenían tal enfermedad para brindar un trato diferencial que corte la cadena de contagios.

Por otra parte, es importante estar atentos a lo que se diga, por parte de las autoridades, en los altavoces de la alarma sísmica, pues de acuerdo con el protocolo, éstos deberán usarse para transmitir mensajes dirigidos a la prevención de contagios durante la atención de la emergencia sísmica.

Quienes deseen apoyar como voluntarios en la atención de esa emergencia, deberán -en todo caso- consultar las directrices que al respecto dispongan las autoridades al encontrarnos en un contexto donde quedarse en casa, puede salvar vidas.

La sociedad civil es un sujeto activo en la construcción del riesgo, por tanto, es necesaria su participación en cada una de las etapas de la gestión integral de este. Para eso es de crucial importancia el acceso a la información pertinente por parte de aquella. Prepararnos para un escenario multirriesgo, que combine al covid-19 con la emergencia sísmica, es una responsabilidad compartida entre el gobierno y todos lo sectores de la sociedad civil.  

La arquitectura, símbolo de nuevas utopías: Antonio Toca 1943-2021

Arquitecto, urbanista, académico, conferencista, autor de varios libros. Pensador, crítico y estudioso de la ciudad, el arquitecto Toca murió este martes 12 de enero, a causa de Covid-19.

El martes 12 de enero se anunció la muerte del arquitecto Antonio Toca a causa del covid-19. Foto: Cortesía Secretaría de Cultura.

La última vez que vi al arquitecto Antonio Toca fue hace más de un año en los pasillos de la revista para la que ambos colaborábamos, él como columnista, claro, y yo como editora adjunta.

Con toda puntualidad el arquitecto entregaba sus opiniones mensualmente. Las últimas colaboraciones que recibí antes de que la editorial decidiera cerrar la versión impresa de la revista y liquidara al equipo expresaban su preocupación eterna: la ciudad.

Arquitecto y urbanista, académico, profesor de muchas generaciones, no perdía oportunidad para referirse a la urgente necesidad de descentralizar la carga que agobiaba a la Ciudad de México y la necesidad de establecer sus límites y reencausar las utopías que permitieran planear con más acierto las urbes.

En uno de sus libros, Arquitectura en México, que se terminó de escribir en 1996, planteaba ideas  que ya eran urgentes entonces, las que, por cierto, la Cuarta Transformación vendió como vanguardia pero que no ha podido cumplir a cabalidad.

Toca planteaba como una disyuntiva para la futura evolución del país la “desconcentración para que los beneficios sean repartidos de manera más equitativa”, aunque a diferencia del actual gobierno tenía claro que además de desconcentrar la actividades de la Ciudad de México, trasladando algunas secretarías a otras regiones, era “conveniente” hacerlo también con el poder político.

Pero el arquitecto tenía claro que los extremos siempre son riesgosos, por eso también escribió: “El poder centralizado conduce a la tiranía y el disperso, al surgimiento de numerosos caciques”.

Las alternativa que vislumbraba para la planeación urbana en el país consistía en dejar de privilegiar a la Ciudad de México y apoyar el desarrollo en el resto de la nación.

Hacia ciudades compactas

En sus columna planteaba además que el mayor problema urbano en puerta era lograr que las ciudades fueran más compactas, seguras y sustentables.

La razón se la daban los números realizados a nivel global, pues las ciudades compactas, de acuerdo con organismos internacionales como la ONU, logran reducir hasta en un 90% las emisiones contaminantes. No hay que olvidar, aunque la pandemia gané en el debate público, que el mundo también está frente a una emergencia climática.

Para el arquitecto Antonio Toca, quien tenía la humildad y la sabiduría de reaprender el presente, el gobierno actual podría aplicar acciones que mejoraran la calidad de vida en el tema ambiental.

Entre esas acciones señalaba la necesidad de estimular la generación de energías renovables, reducir el consumo energético de los edificios, el transporte y los procesos de fabricación —al eficientar su operación y mantenimiento—, y promover el financiamiento público y privado, para la realización de obras y programas con esos objetivos.

Con la experiencia que otorga el tiempo, el arquitecto Antonio Toca también planteó la necesidad de “un proyecto y una esperanza”, para que la sociedad avanzara, pues sin ellos se corre el riesgo de paralizarse, por miedo al futuro o por un presente que se ha traducido en desigualdad extrema.

Y alertó que el problema para la supervivencia de la humanidad era tendencia destructiva de la especie, evidenciada en la irracionalidad de la producción y el consumo, y en las tecnologías aplicadas sin un “análisis previo de sus nefastas consecuencias”.

El arquitecto pensaba que estamos en el momento de ejercer “una racionalidad  productiva” capaz de proteger los recursos naturales y la supervivencia de las especies, incluyendo la humana.

Desde su profesión vislumbraba la contribución en esa enorme tarea: “El avance de esa utopía se tendrá que hacer visible en los objetos simbólicos, en la arquitectura, y en el mayor de los artefactos: la ciudad”.

Gracias por sus ideas, arquitecto. Hoy, desde esta nueva trinchera que es HabitarMX, sitio que nace a la manera de una utopía, la necesaria para seguir de pie, lamentamos su ausencia y le rendimos honor con sus ideas. Descanse en paz.