Las arquitectas al frente de las estaciones principales del Tren Maya

Gabriela Bojalil realizó el anteproyecto de la estación Palenque, mientras que Ana Elena GayAranda tuvo a su cargo el diseño de la estación de Chichén Itzá.

La presencia de las mujeres en la industria de la construcción no es nueva, pero hay que reconocer la conquista que han tenido en un sector que por muchos años fue reservado para los hombres.

Desde el trabajo rudo, en medio de varillas, cemento y tabique, hasta el técnico, creativo y directivo, las mujeres se han vuelto parte esencial de la construcción. Barrenderas, pintoras, ingenieras, arquitectas, jefas y directoras, ellas se han abierto brecha a fuerza de trabajo y talento en esta valiosa actividad para la economía.

Actualmente, dos arquitectas fueron designadas para proyectar sendas estaciones del Tren Maya, una de las obras de infraestructura consideradas como emblema de la actual administración.

Gabriela Bojalil, con su despacho DAFdf, realizó el anteproyecto de la estación Palenque, mientras que Ana Elena GayAranda, del despacho AE GAYARANDA, tuvo a su cargo el diseño de la estación en Chichén Itzá.

Ambas arquitectas ganaron en 2019 la licitación convocada por Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), para el anteproyecto arquitectónico.

Bojalil es cofundadora del despacho DAFdf. Es mexicana y estudió en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Cuenta con una maestría en diseño en Harvard GSD.

Arquitecta Gabriela Bojalil, cofundadora del despacho DAFdf.

Ha trabajado con Alberto Kalach en México, pero también en Rotterdam con la firma MVRDV, West Urban Design and Architecture, y con la oficina de Rem Koolhas: OMA.

En 2009, fundó DAFdf en México, junto con el arquitecto holandés Paul van der Voort. La firma ha realizado diversos estudios de urbanismo y paisaje.

La estación de Palenque, una de las principales, entre las 19 que tendrá el Tren Maya, y que ha sido diseñada bajo una visión sustentable que busca generar un impacto positivo para el medio ambiente y la comunidad, será una estación terminal y la primera de la ruta de 1,500 kilómetros.

Render del anteproyecto arquitectónico de la estación Palenque, del Tren Maya.

La terminal de Palenque se ubicará en el terreno del antiguo aeropuerto de la ciudad y formará parte del nuevo centro cívico.

El concepto arquitectónico retoma la máscara de Pakal y está conformado por un edificio con grandes cubiertas inclinadas con un porcentaje de techos verdes en dos niveles.

De acuerdo con el proyecto, tendrá zonas públicas y andadores con locales de servicio, técnicos y comerciales. Además de una plaza. Al interior, habrá jardines evocando la selva chiapaneca, y en el sótano estará ubicada una estación multimodal y áreas de servicios.

Ana Elena GayAranda estudió Arquitectura en la Universidad Iberoamericana y cuenta con un máster por el Politécnico de Cataluña, en España. También estudió en La Sorbona, en Francia, así como en el MIT y Harvard.

Arquitecta Ana Elena GayAranda, fundadora de AE Gayaranda.

Fue parte del equipo de trabajo de Carmen Pinós en Barcelona y de Enrique Norten en México.

En 2003 fundó AE Gayaranda Arquitectura y Diseño Urbano en la Ciudad de México. En 2013 realizó una investigación en Singapur para generar un análisis del modelo de planteamiento urbano, social y sustentable de ese país.

También ha sido parte del equipo de consultores de ONU Hábitat para desarrollar un proyecto de psicología ambiental para el libro Centros de Justicia para la Mujeres: Lineamientos arquitectónicos, para generar un cambio positivo en las mujeres en estado de vulnerabilidad, a través del diseño arquitectónico.

La estación Chichén Itzá del Tren Maya, otra de las más importantes, que abarcará 12,500 m2 de construcción, fungirá como portal de acceso al sitio arqueológico.

Fue ideada como un punto de encuentro en el que convivirán actividades comerciales, culturales y gastronómicas. Tendrá una plaza de recibimiento al aire libre, cuya circulación conectará al usuario con distintas experiencias: gastronómicas y culturales con espectáculos que se presentarán en el ágora al aire libre.

Render del anteproyecto de la estación Chichén Itzá

También se contempla la conexión con la localidad de Pisté, a través del centro de transferencia modal, lo mismo que un corredor turístico y comercial que acompañaría a los visitantes a lo largo de su recorrido para que puedan llegar caminando, en bicicleta o bicitaxi, a las ruinas mayas de Chichén Itzá.

La estación de Chichén Itzá es de demanda alta y será una estación terminal. Forma parte del tramo 4 del Tren Maya. La estación se ubicará en la parte nororiente entre la ciudad de Pisté y el polígono de la zona arqueológica para atender la alta demanda de pasajeros. Se considera un esquema de cuatro vías y dos andenes.

En cuanto al concepto de diseño, contiene en sus formas tres elementos esenciales del mundo maya: el arco maya, la ceiba y la geometría de la piel de la serpiente emplumada (Kukulkán).

La estructura de la estación está conformada, conceptualmente, por el cuerpo de la serpiente que representa la transición de la vida contemporánea hacia el misticismo maya.

Marte, de la obsesión a la urgencia

El explorador Perseverance llegó al planeta Marte, dando un paso más en la urgencia de hallar recursos que garanticen la sobrevivencia de la humanidad en el futuro.

El explorador Perseverance llegó a Marte el jueves 18 de febrero. Foto: Cortesía UNAM.

Conquistar el espacio es una de las obsesiones del ser humano, por más minúsculo que se mire en la inmensidad de su pretensión, pero más allá del mero deseo, hay de por medio una urgencia que lo mueve hacia ese destino, y es la previsión de que los recursos naturales del planea Tierra comenzarán a declinar en 2030.

Esta semana, se dio un paso en ese sentido. El explorador Perseverance descendió en el cráter Jezero del planeta Marte. Este navío, desarrollado por Estados Unidos en conjunto con otros países europeos, tiene la misión de encontrar rastros de vida pasada para, al mismo tiempo, determinar la posibilidad de vida futura.

Se piensa que hace más de 3,500 millones de años el planeta ahora conocido como rojo, era azul, como lo es la Tierra, y justo donde descendió Perseverance existía un lago, pero algo pasó que el planeta comenzó a helarse.

La investigadora mexicana Julieta Fierro explicó que hace 13,000 años cayó un objeto en el cráter donde ahora explora Perseverance. En la orilla del cráter, dijo, se han encontrado rocas carbonatadas que podrían contener fósiles, como sucede con las conchas de mar en la Tierra.

La tarea que desempeñará el robot Perseverance es descubrir la composición atómica y química del fondo del lago desaparecido, en busca de rastros de microbios marcianos.

La astrónoma explicó que, al menos, otras dos misiones espaciales se dirigen al planeta rojo y que estudiarán lunas marcianas, atmósfera, rocas y suelo.

Se trata de conocer la composición química, la densidad (por ejemplo para que el helicóptero de la misión Perseverance de la NASA pueda sobrevolar allá) y la geología, y  “por supuesto, uno de los objetivos es conocer si hay o hubo vida en Marte”, agregó Julieta Fierro.

La idea de que Marte pueda convertirse en el futuro en un planeta habitable es un sueño para el que faltan muchos años,  pero por ahora  ya mantiene ocupados a muchos, no sólo científicos, sino desarrolladores tecnológicos, médicos, agrónomos y hasta arquitectos.

Hay que recordar el proyecto arquitectónico de Norman Foster para desarrollar vivienda en Marte. Esta propuesta fue hecha por el arquitecto londinense como parte de la convocatoria lanzada por la NASA, cuyo objetivo es poder llegar a establecer asentamientos humanos en el planeta rojo.

El proyecto de Foster contempla la posibilidad de construir esas viviendas con robots y mediante impresión 3D, y su mayor cualidad es que son sostenibles.

Las viviendas ideadas por Foster, con la forma de iglúes, se construirían con roca y tierra del mismo planeta, a fin de proteger a los humanos de radiaciones y temperaturas extremas. Y tendrían un lugar destinado para el cultivo controlado de sus propios alimentos.

El empresario Elon Musk es otro de los que trabaja arduamente por hacer realidad el sueño de conquistar el espacio. Justo con la finalidad de poder viajar a Marte, como un paseo turístico, el año pasado el empresario lanzó su nave Starship en un viaje de prueba, pero el ensayo terminó en una explosión, lo que en voz del propio Musk, sirvió para tener más información en torno a ese objetivo.

Para Julieta Fierro, poder habitar Marte “nos tomará unos 300 años, más o menos. Pero hay que empezar, y la manera de hacerlo es conocer las condiciones, ver el tipo de tierra que tiene para cultivos, lo que ya se está analizando”.

Para ir a Marte hay que esperar que los dos mundos estén del mismo lado del Sol, pues la Tierra tarda un año en dar la vuelta al Sol y Marte un poco más de dos, de modo que si la Tierra está de un lado y Marte del otro, el viaje “sería larguísimo”, explica la investigadora. Esa es la razón por la que “todas las misiones se planean para cuando están cerca los dos mundos”. 

La mayor urgencia de la humanidad es poder hallar recursos que permitan garantizar su supervivencia, puesto que los de la Tierra ya cuentan con fecha de caducidad. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, los recursos del planeta junto con los niveles de vida comenzarán a declinar en 2030.

En ese sentido, el gran descubrimiento de 2020 fue que en la luna hay  más agua de la que se creía, según el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA. Por lo que ya se tienen previstos otros viajes de exploración para ubicar los puntos donde esa agua se almacena.

A mediados de este año, también se prevé que la Universidad Autónoma de México (UNAM) haga un envío de nueve robots como parte de la Misión Colmena.  Los robots realizarán mediciones de polvo regolito (materiales no consolidados como fragmentos de roca o minerales). El lanzamiento estará a cargo de Astrobotic, una empresa estadounidense.